Mis primeras experiencias como
lectora fueron con los libros de “Natacha” y con los de María Elena Walsh,
acompañados de sus canciones. Después leí “El Principito” y “Vamos a Calentar
el Sol”. El último, me acuerdo que fue para la primaria.
Siempre leí en
español/castellano, excepto textos o algunos cuentos para ingles de la escuela,
para rendir orales.
Un par de veces me presté libros
con amigas pero no suelo hacerlo, quizás sí de recomendarnos alguno en especial
que nos haya gustado.
Algunas veces que tuve que leer
algo para la escuela intenté hacerlo desde Internet, pero nunca pude, no logro
concentrarme. Creo que la mejor manera es leer con el libro en la mano, y en mi
caso, en mi cuarto, antes de dormir, o cuando me voy de vacaciones, en la
playa, o después de comer. Nunca puedo con mucha gente alrededor, necesito
estar tranquila, en lo posible en silencio. Un lugar donde nunca podría leer es
en un colectivo, por ejemplo.
Cuando tengo que leer textos para
la escuela me ayuda muchísimo subrayarlos, y lo hago con lápiz para resaltar
datos importantes que necesito.
No sé si leí alguno que me haya
“cambiado la vida”, por así decirlo, pero sí que me dejaron pensando o que
nunca me olvidé, por ejemplo “Las tres Marías” que no recuerdo la autora, pero
fue un libro que disfrute mucho leer, porque tuvo un final inesperado que me
sorprendió muchísimo, y uno de los
personajes era una nena que en ese momento, si mal no recuerdo, tenia la edad
que tenia yo cuando lo leí. Eso me atrajo mucho. También me acuerdo de libros
como “Caídos del Mapa” y otros con historias parecidas.
Uno que empecé y no pude terminar
fue “El Diario de Anna Frank”, siempre me interesó muchísimo la historia, pero
lo leí de más chica y sabiendo sobre el tema me pareció un poco fuerte, igual,
me gustaría volver a empezarlo.
También me acuerdo de cuando leí
“Mi Planta de Naranja Lima” en la primaria, ese libro me atrapó mucho y los
disfrute como pocos. La historia no la recuerdo muy bien, pero me gustó.
De chiquita disfrutaba mucho
leer, pero sinceramente hace mucho que no agarro un libro mas que para la
escuela. El ultimo que leí fue 1984, me gustó, pero me pareció un poco largo, y
difícil de llevar, leí otros libros mucho mas largos pero mas “entretenidos” ,
por así llamarlo. También tuve que leerlo en un tiempo determinado y eso hizo
que lo disfrutara menos, ya que a veces, no encontraba el momento deseado para
leer y tenía que hacerlo igual por si no llegaba en fecha.
En la escuela, y mas en la
secundaria, creo que el sentido de un libro es debatir sobre el tema, y más a
esta edad, lo hacemos con temas más complicados, que generalmente incluyen
historia, política, etc. Está bueno ver distintas opiniones basadas en un mismo
libro, y que escuchemos las reflexiones de otros, al respecto, basadas en sus conocimientos.
Lo que estaría bueno, para
mí, sería que utilicemos horas de clase
para poder leer, porque muchas veces se nos junta con tareas o actividades, y
terminamos leyéndolo “por arriba”, salteando páginas, leyendo resúmenes de
Internet, y sin terminar de entender su “esencia”.
Yo siempre que leo uso señaladores,
para no perderme ni media página y lo que suelo hacer, cada vez que retomo, es
recordar un poco lo anterior para re-introducirme en la historia.
Lo que me pasó con algunos fué
que sentí que me dejaron cierto “aprendizaje” o que pude aplicar a mi vida, y
eso me parece algo muy importante, pero hora no recuerdo ninguno.
Lo que yo disfruto más de leer es
poder pasar un rato, distraerme, transportarme, ponerme en “la piel” del
personaje, y sentir lo que estoy leyendo. En mi familia todos leen mucho y por
eso empecé desde chiquita.
Cuando en el origen de nuestra relación con la lectura aparece alguien que nos abrió ese mundo con amor y deleite, cada vez que abrimos un libro, volvemos a ese instante intenso como un abrazo y ahí nos quedamos a calentarnos el alma, las manos, los ojos. Hay momentos de nuestras vidas asociados a ciertas lecturas que son como pendientes o como senderos escarpados y vida y libros se entrelazan y nos cuentan.
ResponderBorrarRecuperar con esta tarea algunos tramos de este recorrido es regresar al punto de partida para comprender cómo, para qué, porqué leemos o no leemos y perseverar en el andar o encontrar la senda para empezar la aventura apasionante de la literatura.
Gracias por compartir.