martes, 3 de diciembre de 2013

Little Red Hood - Olivia Selzer Morena Castrilli

                                                                MINICUENTO   
Era un panico que la ahogaba, aquel paso sobre el suyo  la dejaba aturdida, podia sentir la adrenalina inundandola.
   Ese lobo finalmente la alcanzo. Dejandola sin ropa, nada de ella quedo.
Solo existia ese miedo, junto a ella se esfumo.



Minicuentos Alec.

El sueño del pibe:



Charly caminaba por las nubes con su amigo el unicornio hasta que el despertador interrumpió su sueño.


Mejor afuera que adentro:

Miró a la madre de la novia, luego al padre. Encontró complicidad en su amigo el burro y lo hizo, Shrek eructó.

Minicuentos - Julián Cáceres, Nuri Montero, Pedro Cavalchini

Matrimonio

Enseguida, la sangre corrió por mis manos. Temblaba aún el crimen en el aire, el último suspiro entre sus labios. Enterré el cadáver, y preparé café.


Nacimiento

Hacía días que permanecía acostado, y en mi mirada, solo esa luz. Entonces, de repente la oscuridad me envolvió, la había atravesado. No llegué a distinguir lo que mis ojos veían. El llanto de mis padres, la emoción era lo único que se oía.


martes, 26 de noviembre de 2013

El músico - Minicuento

De pequeño tomo clases con su vecina pianista. En su adolescencia incursionó en una banda de rock. Paulatinamente perdió su visión, pero en su cabeza seguía viendo los sonidos del silencio.
Post mortem fue galardonado por la academia de músicos.

Mayda Gómez

jueves, 22 de agosto de 2013

What is poetry?

La descubría
silenciosamente,
sin dolor,
doliéndole cada veintuno de su alma.

Y la abandonaba
a su suerte,
porque era amor,
era amor, miedo y equilibrio.

También era palabras,
era fin y comienzo,
era el cielo y la montaña,
la muerte y el último aliento.

Era sexo, nacimiento y sueño.
El primer y último lecho
del placer desesperado de no existir.
Era poesía,
era él,
era ella.
Era todo.

jueves, 8 de agosto de 2013

EL

     - Vamos Critofher . que se hace tarde! - dije mirando el molesto objeto de las agujas con su permanente tic-tac.
     - Si papa ahí voy. - Antes de irme me tome mi espumoso y caliente café de todas las mañanas que me sirve como energizante  para aguantar las mil trescientas pavadas de Cvitanich, mi jefe.
     Todo iba bien como diariamente suele suceder, mi hijo a mi lado y yo con desgano respondiendole sus inocentes dudas sobre todo nuestro universo en extinción, yo con mi café que siempre lanzará su gota soberbia   y rencorosa hacia mi camisa blanca y reluciente y mi celular pidiendo a gritos ser atendido.
     Robert deja a Cristofher en la puerta de su colegio y torna directamente hacia su trabajo en donde lo espera una oficina llena de afiches e informes por completar.
     - Como anda señor Stevens? Me entregara el informe que le pedí en el día de ayer? - dijo mi jefe en eun tono impaciente.
     - Si señor, lo buscarte y en breve se lo entrego, no se preocupe. - como dije mi jefe y su impaciencia por querer molestarme van juntos de la mano.
     Robert hizo su horario como siempre hasta las 2:00 de la tarde. Saluda a sus compañeros, una serie de firmas más y se dirige directamente a su querido y perfecto auto. Luego llega a su casa impaciente por disfrutar su ultimo día de la semana con las idas y vueltas y al fin poder descansar el fin de semana.
     - Hola Jack! rápido ve a la cucha. - Saco mis llaves para abrir la puerta y en ese preciso momento veo que la cerradura no era la misma, me acerco a la ventana para avisarle a mi mujer pero veo a un señor virtuoso de corbata y camisa iguales a las mías, y se acerca a mi mujer, me mira y me cierra la cortina en la cara. Sin comprender lo que sucedía en la otra ventana al ver a Cristofher de espalda lo alerte de mi presencia pero me miro con un gran temor hacia ese tipo desconocido hacia ese entonces para mi. Habrán pasado 2 minutos y oigo venir a la policía quienes me apartan hacia un costado de mi casa y me empiezan a interrogar. Yo seguía sin entender lo que ocurría. Veía como mi mujer me miraba con ojos de desagrado y como si no me reconociera. El oficial de policía me pidió amablemente que me retirara. Asique, me retire sin entender la situación, el porque mi familia me había apartado así, pensé en una broma muy pesada pero las horas pasaron y no hubo señales de nadie.
     Esa noche dormí en mi auto, sin remedio alguno. No pude pegar un solo ojo en toda la noche. Llame reiteradas veces a mi casa pero atendían y cortaban. De esa manera pase el fin de semana, confundido.
     Al lunes siguiente desperté y fui rumbo al trabajo. Al llegar al edificio saludo a la recepcionista pero ella me miro como que no me hubiese reconocido y hizo una especie de alerta hacia los miembros de seguridad. Sin prestarle atención me dirigí hacia mi oficina y allí estaba él, en ese momento estalle de furia, intente echarlo a los gritos, tirando sus cosas, estaba enloquecido. Al ver que no se iba lo tome del cuello y estaba decidido a todo. Pero en ese momento Robert ve que en su mesita de los donde tenia un cuadro de su familia, en el cual él alzaba a su hijo Cristofher, su figura y ano estaba si no que se encontraba él, aquel hombre desconocido. Entonces, lo soltó y en ese momento los guardias lo sacaron a la fuerza. Desconcertado se quedo un momento paralizado, como en estado de shock. luego rumo hacia el auto, él ya estaba dentro. Me subí encima para que no lo lleve, pero tan solo deje que se vaya al ver que nada podía hacer...      

Alexis Bogado Kevin Farias

miércoles, 7 de agosto de 2013

capitulo dieziseis y medio : santiago gamarra riesgo


Seda

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ 16  1/2 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~


Herve Joncour no podia dejar de pensar en la muchacha, sus ojos. Sentia como era observado. Los ojos lo observaban, no importaba donde estuviera. Dia y noche lo miraban esos ojos.
Se preguntaba de donde podrian venir.
Ocultaban un misterio. Un misterio, quizas de resolver.
Tendria que acercarse a ella.
A la muchacha.
Los siguientes dias Herve Joncour pasaba largas horas paseando por las calles de la aldea en las colinas. Los ojos mirandolo fijamente. Un dia paso por una estancia que vendia ropa de seda. La toco, sintio.
Era de primera calidad y suave como madera recien lijada. Le compro al vendedor, un anciano japones, una tunica, sin saber bien cual iba a ser su uso.
Pero con tan solo tenerla en la mano mientras caminaba le bastaba.

Ese dia fue su ultimo en el pueblo en las colinas, antes de regresar a Lavilledieu. Quizas nunca volveria a verlos. Esos ojos.


Posterior al último capítulo, Guido Danielli

  La carta que escribió Helene en japonés dejó atónito a Hervé. No entendía nada de lo que acababa de pasar, trataba de ocultar la palidez en su cara, aunque fuere imposible. Se quedó parado en el lugar, sin saber que hacer. Pensando. No quería volver a Japón, lo había decidido. Tampoco quería tener recuerdos de aquella muchacha en su cabeza. Quería olvidar todo en el pasado, dejarlo atrás. La mejor opción que creía fue ahogar sus penas en el lago, y junto a ellas su cuerpo y su mente. Al día siguiente, para asombro de todos, se hayó el cuerpo de Hervé durmiendo al lado de la tumba de Helene, con un puñado de huevos de seda en mano. Pero aunque tratacen, no hubo manera de despertarlo.

martes, 6 de agosto de 2013

Capítulo 2, Federico Echevarría

CAPÍTULO 2

El apellido Joncour llevaba sobre su espalda cinco generaciones de hombres dedicados a la Marina Nacional de Francia. Habían participado –de distintas y diferentes maneras- en acciones militares como la Guerra de Crimea, la Conquista de Conchinchina y hasta en la Segunda Guerra del Opio. ¿Por qué no permitirse pensar en Hervé como una sexta generación que continuara con esa tradición familiar que tanto orgullo les había generado?
Jamás hubiese sido un deseo para el padre de Hervé Joncour, que éste terminara comprando y vendiendo. Gusanos de seda.

Federico Echevarría

martes, 30 de julio de 2013

sofia ricotta, ultimo capitulo

Tres largos días, largas horas de su vida recordando a través del agua todo el paso de su vida, Hervé, se dio cuenta lo envejecido que estaba, como el paso del tiempo se iba haciendo notar tan rápido. Vio en el,un viejo solitario con tanto por contar.
Con todo esto, con haber pasado toda su vida teniendo que descifrar el siguiente paso a dar, tomo esta reacción como un indicio, una señal que le dio la vida.
Una tarde típica de domingo en pleno invierno, Hervé salio de su casa rumbo al café mas importante de Lavilledieu, en camino encontró de sorpresa a Madame Blanche su fiel compañera en esos largos viajes de vida, decidió invitarla a tomar algo o simplemente a pasar el rato con el.
Luego de largas y acogedoras horas en esa improvisada cita Hervé, decidió proponerle a la elegante dama comenzar a ser compañeros de vida, le explico lo que su mirada atrapo tan solo en un rato y la contension mutua que se sentía en el aire, ella sonrió comprendió, y admitió el mismo sentimiento.
Así, fue con Hervé comenzó su vida nuevamente.

lunes, 22 de julio de 2013

 Capítulo 2 bis.

Herver vivía por su trabajo, viajaba miles de kilómetros para adquirir los huevos de gusanos. En esos viajes que duraban meses dejaba a su mujer sola mientras que ella sentía tristeza y soledad.

Alexis Bogado.

sábado, 20 de julio de 2013

Capitulo 66

 Una semana después, se hallaba en la misma posicion, observando el agua, recordando sus antiguos viajes, sus grandes historias. Ésto lo absorbía por completo, lo mantenía horas y horas, y cada vez su cercanía al agua era mayor, quería ver mas de cerca todo eso, sus recorridos, sus recuerdos. Pero sin darse cuenta, el agua lo tomó por sorpresa, envolviendolo hasta taparlo, y fué así como finalizó el recorrido de Hervé.

Olivia Selzer

viernes, 19 de julio de 2013

Madriguera

Era otoño. No había sol ese domingo; ya era la hora de la siesta y la llovizna persistía suavemente. En la avenida se escuchaban los pasos de parejas huyendo del viento, los frenazos de conductores incompetentes, el goteo en los charquitos de la vereda. Sin embargo, en el jardín trasero de los Ledesma, no había ningún ruido que alterara la lectura de Pam, hija menor de la familia. Ahora, sus manos sostenían un ejemplar gastado de “El mago de Oz” y con sus piernas marcaba el acelerado ritmo de sus ojos rebotando de palabra en palabra.
- Pam, ¿dónde estás? – interrumpió su madre desde el interior de la casa.
- En el jardín – dijo, y no le respondieron.
Iba a retomar el libro cuando notó el tibio roce del sol en su melena, dorada como las manzanas. Primero tímidamente, unos pocos rayos de luz tocaron su frente; luego, iracundos, desbordaron el cortinaje de nubes y el horizonte de marzo brilló amarillo y rojo.
Deleitada por aquel espectáculo enceguecedor no percibió la luna, alzándose en el otro extremo del cielo. Pero un destello particular en el baldío junto a su casa sí le llamó poderosamente la atención. Al principio era un punto en el pasto. Como consecuencia de la detenida observación se dibujó el contorno de unas orejas puntiagudas y el de unas patas traseras; lentamente, el punto tomó la forma de un conejo blanco. Sus ojos rosados se detuvieron en los de Pam. Los dos sostuvieron la mirada y el viento comenzó a soplar, dócil, desde el río. Pam dejó el libro sobre la silla en la que estaba sentada (había espacio suficiente para que ambas cosas ocurrieran al mismo tiempo), se incorporó y caminó el tramo entre ella y el conejo. Él, por su parte, se quedó en el lugar, moviendo las orejas y la nariz, como olisqueando el aire.
- ¡Qué lindo conejito! – iba diciendo mientras se acercaba – no hay que tenerle miedo a las chicas buenas y decentes como yo, ¡si hasta me sé de memoria la lección de geografía! Londres es la capital de París y París es la capital de Roma y Roma es…
“No, no, está todo mal, pero la geografía no es mi fuerte - entonces el conejo se acercó hacia la mano extendida de Pam, posó la patita en la tierra de su palma y salió disparado, como si recordara un compromiso pendiente, hacia una casita abandonada en el otro extremo del baldío.
Pam corrió lo más rápido que pudo pero el animalito se escabulló por debajo de la destrozada puerta de madera agitando su cola en señal de victoria. Ella no iba a dejar que se le escapara tan fácil: con cuidado de no hacer ruido y sirviéndose de una rama como palanca agrandó el agujero. El sol seguía brillando cuando entró.
 Fue a parar a una habitación gris, reducida y polvorienta. Estaba abarrotada de unos muebles opacos, descascarados por la humedad. Además, había dos o tres fuentes y varias pavas de una mala imitación de plata, reflejando la luz pálida que se filtraba a través de los tablones de las ventanas. Pam buscaba a tientas al conejo, revolviendo entre los papeles viejos que invadían todo el piso. Al ver lo infructuoso de sus esfuerzos decidió que lo más conveniente era iluminar el interior retirando las tapias de alguna ventana.
Eligió la que estaba a su derecha, la más cercana. Y la que, por otro lado, parecía más frágil y presentaba algunas grietas. Forcejeó unos minutos hasta que saltaron algunas astillas. Entonces asió una de las tapias y comenzó a tirar con vehemencia. La madera chilló y los clavos hicieron sonidos inexactos, como quejidos con el eco inflamado. Pam siguió tirando. Sus nudillos ya se habían puesto blancos y tenía las manos agarrotadas, cuando de golpe, uno de los extremos de madera se incrustó en el vidrio. En ese momento, la madera se partió haciendo estallar el cristal. Pam gritó y cerró los ojos. Cuando los abrió vio su mano bañada en rojo, goteando tibiamente la muñeca, empapando la manga de su hermoso vestido nuevo. Se secó como pudo, utilizando la falda como una esponja. Durante el proceso unos hilitos tibios se estamparon contra el piso y Pam sintió el irrefrenable deseo de salir corriendo sin mirar atrás. Unos relámpagos florecieron a lo largo del cielo y un trueno hizo vibrar hasta los cimientos de la casa.
Empezó a llover.
El baldío se convirtió en un lodazal, la casa estaba lejísimos y ella, con la mano cortada, se encontraba sola y muerta de frío. Pam se largó a llorar amargamente, mientras sus ojos, que se habían escapado por la ventana, inspeccionaron el charco de sangre que se extendía bajo sus pies. En uno de los extremos de la mancha carmesí vio reflejado al conejo blanco, en un armario al fondo de la habitación. Sin decir nada y despacito, se fue acercando cautelosamente hasta él, lo agarró y lo acunó en sus brazos. El conejo parecía ahora mucho más tranquilo y no intentó escaparse; siempre olisqueando, dejó que Pam acariciara su suave pelaje. A esta altura el conejo estaba maculado, resplandeciendo el carmesí de la hemorragia.
- Este es un lindo conejo blanco – susurró Pam –, que se deja acariciar por las chicas buenas y decentes, ¡justo como yo! Pero si hasta sé recitar poesía a la perfección.

¡Con qué alegría muestra sus dientes,
con qué primor dispone las uñas
y se afana en invitar pececillos
a entrar en sus mandíbulas sonrientes!

- En fin. No creo que sea así - suspiró Pam -. Vamos a ver tu armario - se acercó al viejo, bien trabajado mueble de madera. Tenía un olor penetrante a pino y era, sin duda alguna, el objeto más valioso (sino el único) de aquella habitación. Unos bajorrelieves sonrientes y de ojos bien abiertos decoraban su frente, y a los lados proliferaban pequeños símbolos y números.
Con la mano libre agarró la manija de una de las puertas (la que aún permanecía cerrada) del escondite del conejo. Lo hizo de a poco, sintiendo como un mal presentimiento le recorría la médula y se incrustaba en la mandíbula en forma de pequeños latigazos de luz que acarician los músculos y los huesos con su lengua filosa. En sus brazos, el animal comenzó a respirar frenéticamente. Cuando la puerta estuvo abierta del todo, Pam miró congelada y sin aliento el rostro de una muchacha de su misma edad. Estaba acurrucada con los ojos cerrados y sus facciones, dulces como la miel, enredadas en una expresión inofensiva. Sus mejillas tenían el rubor fresco de la juventud; sus manos carecían de fuerza, cruzadas sobre el abdomen.
Fue en ese mismo momento en el que Pam optó por no hacer nada, pálida del asombro, frente a ese espectro tan inocente y real. El conejo se bajó como si nada, saltó sobre el cuerpo de la recién descubierta y lamió a conciencia la cara dorsal de su mano izquierda. Sin pensarlo, Pam giró sobre sus talones y corrió hasta la puerta. Trató escapar, pero aún poniendo toda su voluntad le fue imposible mover ni aunque fuera un poco, la endeble salida por la que ella misma había entrado.
- No te muevas, por favor – un siseo cortó de pronto la respiración de Pam. La chica se había levantado y estaba junto a ella. Sonreía tiernamente mientras sostenía, a modo de cuchillo, un pedazo roto de un espejo.
- Por favor, solo quiero irme.
- Eso es exactamente lo que no quiero. Esperé cuatro años y dos tercios de otoño dentro de ese armario; pasé el frío del invierno, sola, protegida por la delgada puerta de madera y vos, en tu cálida casa, te olvidaste de mí.
- ¿Quién sos?
- La verdadera, – le alborotó el pelo – la que sufre.
- Quiero irme.
- Las tumbas profanadas valen menos que una tumba.
Solo una puede irse y yo no pienso quedarme.
Pam Ledesma continúa siendo prisionera.

El sol hacía rato que había desaparecido entre las nubes, tras la base del cielo. Ahora la luna era un nuevo ojo en lo alto, emitiendo un brillo plateado que se reflejaba en los charquitos. El perfume húmedo del otoño impregnaba el terreno pantanoso en el que había desembocado el baldío junto a la casa de los Ledesma. Pam, llevando su hermoso vestido celeste con voladitos, salvó la distancia hasta el patio trasero, donde dos horas y cuarenta minutos antes leía el ejemplar gastado de “El Mago de Oz”.
Sacudió la cabeza antes de entrar y se acicaló, como una fiera sutil, el abundante cabello negro que refulgía bajo la luz de la luna. Se preguntó cuarenta y dos veces si lo que hacía era lo correcto.
Respiró profundo y atravesó el umbral.

Capítulo 36 (bis)



Mientras tanto en Francia, Hélène, deprimida por la ausencia de su esposo, buscaba algo con qué entretenerse. Decidió salir a dar un paseo por su pueblo para despejar su cabeza. 
Pasada la media hora de caminata se encontró con Baldabieu, estaba sentado sobre una roca con las manos cubriendose la cara. Estaba llorando. Hélène se acercó curiosa y le preguntó qué le sucedía y este le respondió - Amo a una mujer, pero este amor no es correspondido.
- ¿Cómo que no lo ama? Si usted es apuesto, y buen hombre, no lo comprendo.
- Está casada, apenas sabe que existo. 
- Dudo que no sepa quien es, como ya dije es un hombre notable. ¿Quién es esta afortunada mujer?
Baldabieu no contesta, pero le toma la mano a Hélène, se la besa y la mira fijamente a los ojos.  Ella había bajado la mirada, pero sintió la necesidad de observarlo. Se quedaron callados por mas de diez minutos. No habían palabras, pero se habían comunicado con la mirada todo ese tiempo.

Un nuevo amor había nacido.

Daniela Pacheco.

Capitulo 57

Capitulo 57 (previo al 58)
15 de mayo de 1865.
Se la vio ingresar a Helene al cuarto de Madame blanch. Luego de una hora se retiro sollozando.

Alec Baltaian Roux

miércoles, 17 de julio de 2013

LA SOMBRA; Esquivel Lucas, Saraceni Lucia

 Se oyó un disparo, él estaba muerto.
 A lo lejos se veía una sombra marchándose, rápida pero sigilosamente.
Se encontraba un sábado por la noche paseando, como todos los días, por Cabildo y Juramento.  En su mano izquierda tenía un cigarrillo recién prendido. La calle estaba tranquila, un poco más que ayer, un poco menos que mañana. A pesar de estar solo, sentía un susurro en su nuca que estaba ocasionando una gran intranquilidad en él. Volteó la cabeza, pero no había nada. Nadie más que su sombra.
Caminó despacio, a pesar de esa pequeña gran silueta con forma alargada que empezaba desde sus pies y terminaba en el asfalto de la calle siguiente.
Él volvía directo a su casa, cansado de la adrenalina que retumbaba en su corazón un tanto burlona, un tanto desafiante. El cigarrillo ya no estaba ni prendido ni apagado, y caía en forma recta hacía el cordón de la vereda. Yo estaba en la misma cuadra, delante de él, hasta que lo perdí de vista. Tan solo sé que llegó a su casa en un par de minutos. Lo sé porque lo vi, porque yo estaba nuevamente ahí, adelante.
Se apagó la luz. Sentí como si hubiese querido que yo no esté ahí, no podría explicar con certeza las muecas de su rostro. Pasaban de ser simpáticas en un vaso de whisky y cuando finalizaba volvían a ser espeluznantes.
Al día siguiente amagó a salir, pero  los escalofríos se iban apoderando de su cuerpo, y la sensación de peligro era mayor.
Me contaron que una mujer de unos cuarenta y monedas fue a su oficina con un comunicado perturbador. No sé quién era, ni de dónde venía. Podría haberlo preguntado pero no era relevante en ese momento. “El asesino está suelto”, repetía aquella mujer, “el asesino está suelto”.  Ni yo ni él podíamos dejar de pensar en aquella frase, y por qué se marchó sin dejar rastros.. sin decir una palabra más.
Salió a buscarla, pero en cada movimiento escuchaba pasos que retumbaban en sus oídos, como si alguien estuviera atrás suyo. Cuando dejaba de caminar, nada, lo único que percibía era la brisa fría del viento. Ambos miramos para atrás pero no vimos a nadie más. La calle estaba desierta y solo éramos nosotros dos. No había tal asesino.
Giró su cabeza por décima vez, y me vio. Sé que me vio porque me miró fijo, y empezó a correr.  Corría tan rápido que sentía que no podía alcanzarlo.
Por fin se detuvo en un callejón. Fue la primera vez que se dirigió hacia mí mediante un grito. Yo no hice caso y me quedé paralizado, no podía moverme si él no lo hacía. Noté que el miedo se apoderaba de su cuerpo. Desenfundó su arma y apuntó directamente hacia su objetivo.
Se oyó un disparo, él estaba muerto.
Yo me marché rápido pero sigilosamente, sin que nadie notara mi presencia.


martes, 16 de julio de 2013

Algo curioso, Federico Echevarría y Guido Danielli

Algo curioso 

¿En qué momento de mi vida pensé que esto iba a tener sentido? ¿Cuándo imaginé que yo serviría para algo? Uno. Uno y dos. Uno, dos y tres. Podría seguir contando hasta que la laguna se seque. Hasta que el cielo deje de ser celeste y se convierta en un cementerio de sueños arruinados, pisoteados, maltratados. Y por más que él me diga que todavía existe una chance de encontrarle rumbo a todo esto, no sé si creerle. Me insiste, pero no me convence. Ojo, no deja de ser mi último recurso, porque más que su propuesta no existe. Es esto o es nada. 

Felipe no era más que un pobre aislado de la vida. A sus 20 años de edad se encontraba profundamente deprimido y muy lejos de cualquier tipo de relación que pueda llamarse social. Pasaron dos años desde que decidió mudar su vida, sus pensamientos, sus convicciones, a algún lugar donde no hallara ni el más mínimo rastro de esa cruel especie llamada humana. Más precisamente, había decidido salir de Moscú para llegar a algún lugar despoblado, sin rastros humanos. 

Pero su objetivo nunca llego a cumplirse del todo. Si bien el joven ruso había logrado algunos meses de paz, comenzaría el principio de un final anunciado. O por lo menos muy previsible. Había construido un increíble refugio en las afueras de Moscú que una vez más volvía a afirmar sus sabidos conocimientos sobre arquitectura. Para subsistir, a Felipe no le quedaba más remedio que mendigar, y lo hacía en un pueblo cercano –generalmente de dos a tres veces por semana-. 

Era un día más de esos extremamente fríos y soleados. Había salido en búsqueda de alimento hacia el pueblo hasta que se topó con un hombre extraño. Su sabiduría era obvia y la reflejaba en su rostro. Lo miró fijamente a Felipe transmitiéndole algo de pena, haciendo revivir algún sentimiento humano aunque sea en lo más profundo de sí mismo. El joven se sintió algo mareado y no tardó en caer al suelo. Cuando logró reincorporarse, todo había cambiado, veía todo tan diferente… 

Horas más tarde, comenzó a sentir y escuchar voces; comenzó a ver personas. Odiaba a esas personas como a pocas cosas, le estaban arruinando el más que deseado objetivo de deshacerse de lo humano. Pero a Francisco lo había elegido. Le tenía un afecto especial y sentía que tal vez él lo podía entender. Lo sentía como a ese amigo que todos tenemos pero él nunca consiguió; como al hermano mayor que lo cuidaría ante todo, pasara lo que pasara. 
Fue así que comenzó a verlo más seguido por su refugio, hasta que por fin, luego de tanto contacto visual, entablaron una conversación. ¿Era alguien de carne y hueso? ¿O era tal vez algún espectro? Francisco juró que lo ayudaría y que le mostraría que la vida tenía algún sentido. La curiosidad de Felipe era extrema e intensa, por primera vez sentía poder depositar su confianza en algo o alguien. Estaba orgulloso de su amigo, o de su invento, vaya uno a saber… 

Él comenzó a sentirse raro. Los primeros síntomas de la depresión volvían a florecer en él y se sumaban las malas vibras que sentía a su alrededor. Pero nunca jamás podría haber sabido que su mismo invento, ese mismo que le había devuelto sus escasas ganas de vivir, acabaría de forma fatal con ellas. 

Federico Echevarría y Guido Danielli

sábado, 13 de julio de 2013

20 de abril, nunca pensé que esa fecha me importaría demasiado, porque no había ningún motivo para recordar dicho día. Todo comenzó con una disputa con mi madre, María de los Ángeles, quien era una persona que se había criado en un ambiente poco familiar, no tenia hermanos y papa nos había abandonado cuando yo era muy pequeña. No recuerdo bien porque pero se que mama se había enojado mucho conmigo, tanto que me encerré en el altillo simplemente para enfurecerla aun mas, yo sabia que tenia prohibida la entrada ahí. Encontré toda clase de cosas, libros del jardín todos guardados en perfectas condiciones, cajas viejas con artículos de cocina y para toda la casa, cuadernos de mi mama, hasta su diario intimo. Tenia mucho polvo pero no parecía tan antiguo. Tenia candado pero estaba ya forzado, se ve que de tanto abrir y cerrarlo. Así que probé un poco, me ayude con una pinza de esas que usaba mamá para el jardín y logre abrirlo. Empecé a escuchar sus gritos pero no me importo demasiado, espere a que se calmara y empecé a leer… 02 de marzo Querido diario: hace una semana conocí a un hombre, un hombre con todas las letras , de esos de películas que nunca hubiera imaginado conocer; alto, morocho, de pelo corto, su cara no era muy atractiva pero sí su voz, era grave y fuerte, como la de alguien mas grande, quizás eso me enamoro. Dejé el diario, pensé un momento y seguí… Me dijo de vernos, de salir uno de estos días. Mamá esta esperando hace tiempo un pretendiente, para casarme y formar una familia. Hoy tengo que seguir con mis estudios pero apenas pueda, prometo retomar mi habito de escribir. Me parecía solo una de esas historias, típicas, así que seguí leyendo, me salteé unas cuantas hojas hasta que leí... 10 de agosto Querido diario: te tuve abandonado mucho tiempo y pasaron muchas cosas , entre las mas importantes, me enteré que estoy embarazada, del mismo hombre que te conté la ultima vez, mirá si no pasaron muchas cosas…Estoy bastante asustada y nose si estoy preparada para esto, no me lo esperaba. Hace unas semanas empecé con nauseas y al hacerme el estudio me dio positivo. Creo que igualmente es una buena noticia. Mamá a pesar de todo se puso contenta, ya quería que me vaya rápido de casa. Al parecer fui una sorpresa repentina pero al fin y al cabo mi mama sentaría cabeza de una vez por todas, no como lo había soñado pero ya era suficiente para ella. No satisfecha seguí leyendo. 15 de febrero Faltan tan solo 3 meses. Cada día engordo mas, mas y mas. 12 de marzo No lo soporto, no se porque le llaman dulce espera, de dulce no tiene nada. No puedo dormir hace mas de 3 días. Y Lautaro no deja de perseguirme. Al saltearme hojas salté mal estares, momentos de alegría quizás también quien sabe todo lo que habría ahí. Buscaba peleas, secretos de lo mas ocultos, hasta que la ultima pagina se encargo de pisotearme lentamente en un océano de dudas. 3 de abril Fueron dos, pero una solo fue mía. Una fue mía? Que quiere decir eso, tengo una hermana? Porque mi mama me escondería tal cosa? Quien era ese Lautaro que la perseguía? Todo tipo de preguntas se me vinieron a la mente y nunca una respuesta concisa ya que en el diario no había mas que solo esa frase. Voy a dejar pasar un poco de tiempo porque ni yo se bien lo que leí. 4 Enero No se si existe otra, solo se que Lautaro me esta persiguiendo. Bianca Capellupo Olivia Selzer

viernes, 12 de julio de 2013

Los Ojos de Ana; por Valentina y Sol Fernández

Martín llamó a Ana anoche. Por fin se va a comprometer con Celia. Mañana a las 9 la esperan para cenar y todavía sigue pensando que ponerse, y si supiera, no estaría completamente segura de cómo le quedaría. Al final se decidió por un vestido negro clásico y unos aros bordó muy bonitos. Era la hora acordada y Martín, su hermano, abrió la puerta con una enorme sonrisa y la abrazó. Detrás de él se asomó Celia tan curiosa como siempre y mientras saludaba rápidamente y desaparecía en la cocina. El departamento estaba muy bien decorado, sentados alrededor de la mesa ya había algunos amigos conversando y comiendo. La noche pasó rápidamente y fue muy agradable, pero luego de un tiempo, Ana se cansó del ruido provocado por las voces de los invitados y decidió ir a dar un paseo por el departamento. Mientras recorría los pasillos, mirando fotos de ella con su hermano de pequeños y con otros miembros de la familia, lo inevitable sucedió, se vio enfrentada a uno de los espejos que su hermano olvidó esconder. Desde que tenía memoria, siempre odió verse en los espejos, dado a que ella estaba segura de que la imagen que se reflejaba no era ella. No se podía reconocer. Siempre pensó que era alguien más, esa persona con mirada fría e inquietante la desafiaba cada vez que sus ojos se encontraban. Del susto salió corriendo y se encerró en un cuarto, en el cual lo único que hizo fue pensar en que tenia que enfrentar lo que acababa de ver. Algo la impulsaba a buscar a esa persona, en algún lado tenia que estar, la tenía que enfrentar, no quería creer que era real. Una vez más pasó frente al espejo, sólo para corroborar que no lo había imaginado, si tal vez era una ilusión. Pero en cuanto se paró frente a éste, se asombró todavía más al descubrir que nadie estaba ahí. No había reflejo. La chica de ojos fríos y desafiantes no estaba más, como si nunca hubiera existido. Ana no sabía porqué pero algo la hizo ir al comedor y preguntar si algún invitado había visto a esta chica , si alguien la conocía. Todos respondieron que no, y la miraron como a una loca. Su hermano hizo bromas al respecto, pero estaba preocupado, y no se hablo más del tema. Cuando la noche llegaba a su fin y los invitados se estaban retirando, Ana se sintió cada vez peor. Quiso subir a ver el espejo pero su hermano se lo impidió. Entonces, el ultimo invitado pasó al lado de ella y al oído le susurró que el sí la había visto, y que salió por la puerta sin que nadie lo notara.

El caso.

El 14 de marzo de 1997 todos los encabezados de los diarios hablaban sobre el terrible desenlace del caso “Camilo Villanueva”, ocurrido el día anterior. Desde mi niñez siempre estuvo esta rara sensación dentro de mí, fue la que me obligo a terminar así, me obligo a convertirme en lo que fui. Recuerdo que era un niño común, iba al colegio, tenía amigos, jugaba al futbol, disfrutaba de mi familia, lo que más recuerdo fue el día que todo cambió, 13 de marzo de 1984, un día como cualquier otro volvía del entrenamiento y ya muy cerca de casa, lo vi; tan idéntico, tan feliz y campante. Nos vimos, se sonrió y siguió caminando como si nada hubiera pasado, pero esa “nada” para mi cambio todo. Sentí el retumbar de mi cabeza contra el piso. Me levante, me volvió el aire al cuerpo y continúe mi camino a casa. Desde ese mismo instante mi personalidad cambio, ya no más colegio, ya no más amigos, ya no más nada. A partir de entonces comenzaron las alucinaciones, los médicos, las muchas clínicas, las largas noches en vela. Mi padre, un reconocido senador, no podía soportar la idea de que un hijo suyo fuera esquizofrénico y mucho menos que los medios dieran a conocer la noticia. Primero fue mi papá, después mamá y mis hermanos, así fue como al llegar a los 18 años estaba solo y era responsable de mí mismo. Con dinero que mi padre me dio, para que me alejara de su vida, conseguí un departamento en un barrio tranquilo y por 2 años viví allí sin moverme muy por fuera de lo cotidiano, de lo conocido. Algunos días eran peores que otros; Algunos días lo veía en todos lados y otros solo una o dos veces, pero podía manejarlo solo, o eso creía yo. La rutina era siempre igual, tomar todos mis medicamentos sin falta y si me cruzaba a “Calco”, así lo llamaba yo, cerraba los ojos con todas mis fuerzas, seguía caminando y repetía una y otra vez “basta él no está ahí, él no está ahí” hasta que sentía que esas palabras lo borraban de mi mente, lo borraban de la realidad. Supongo que en el fondo sabía que no lo borraba, que él seguía ahí acechándome, en alguna parte. El último y peor día comenzó a las 5 de la mañana cuando me levante de una pesadilla, desde la ventana abierta de mi cuarto entraba la lluvia y las luces del relampagueo. Podía sentir el retumbar de cada estruendo en mi cabeza. Corrí a cerrar la ventana y luego la puerta de entrada, estaba seguro de que la había cerrado porque lo había comprobado ocho veces como usualmente hacía. Me dirigí al cuarto donde él me esperaba, no lo mire. Salí del cuarto hacía el baño donde se escondió detrás de la puerta, le grite pero solo se echó a reír. Me tire en la alfombra del living exhausto, cuando conseguí distinguir lo que había a mi alrededor me encontré en medio de un mar de fotos y álbumes familiares que mi padre me había dado cuando se deshizo de mí. Las tome de a puñados, con odio. En una me reconocí con 12 años y algo en el fondo de la foto me llamo la atención, la examine detenidamente y me volví a reconocer, lo volví a reconocer. Era el, en todas y cada una de las fotos, en el fondo, pasando por delante, casi irreconocible en la lejanía. Él se robó mi pasado, mi presente, pero no voy a permitir que se robe mi futuro. 14 de marzo de 1997- La Nación pag. 3: El terrible desenlace del caso “Camilo Villanueva”. Ayer la policía encontró el cuerpo sin vida del joven Camilo Villanueva, los médicos forenses deducen, por el estado del departamento donde hallaron el cuerpo, que tuvo otro fuerte ataque de esquizofrenia. Fuentes policiales indican que el joven se habría suicidado entre las 6 y 6:30 de la mañana, por ahorcamiento. La familia se niega a dar declaraciones (…). Sofía Ricotta, Morena Castrilli.

Jorge

Jorge se despertaba todos los días temprano para ir a entrenar, se lavaba la cara, agarraba el bolso y partía hacia Temperley, su club.Jorge era alto, de pelo corto y negro, y no tenía barba. La casa donde vivía Jorge tenía una particularidad, no tenía espejos. Era Agosto, y a Jorge se le vencía el contrato de alquiler de su casa, por lo que tubo que comenzar con la búsqueda de un nuevo lugar para vivir. El fútbol le daba para comer, tener la cantidad justa y necesaria de ropa y para vivir en un lugar común, sin nada de lujos. Es por eso que llegó a encontrar un departamento en el barrio de Barracas. Al ingresar a su nueva vivienda, sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Esto de vivir sin mucho lujo, a Jorge no le importaba mucho ya que estaba en su mejor momento futbolístico y próximamente podría ser transferido a un mejor club y esto le daría una mejor forma de vivir, comparada con la que tenía actualmente. Ya en su nuevo departamento, notó algo diferente a la de antes, había espejos, y muchos. Él había vivido en 2 lugares antes de llegar a Barracas, en lo de sus padres (se había ido cuando tenía solo 17 años de la casa de sus padres) y en su anterior departamento. Esto de haber muchos espejos le impactó mucho a Jorge, pero mas lo impactó ver su reflejo en ellos pero.. no era el! O tal vez si, pero cambiado. En el espejo se lo podía notar con barba, pelo largo y anteojos. Supuso que se veía así porque no había dormido por el tema de la mudanza y se fue a dormir. Un día tras otro se siguió viendo así reflejado hasta que un día su reflejo le habló. Esto lo atrapó a Jorge, como que lo volvió loco. Dejó de ir a entrenar, arruinó su carrera de futbolista y se dedicó el resto de sus días a hablar con aquel reflejo, que no se sabía si era él mismo o era una ilusión, pero que le había provocado algo, eso era cierto. Luego de ese instante, Jorge cerró su cuaderno de anotaciones porque había escuchado el llamado de su mamá diciendo que la cena estaba servida. Jorge, aquel niño de 8 años, que soñaba con ser futbolista. Alec Baltaian Roux; Giuliana Castro.

El Reflejo de Cora Traz

Daniela Pacheco, Santiago Gamarra

Ella amaba los espejos, mejor dicho, estaba obsesionada. Le encantaba imaginarse, que detrás de ese vidrio pulido con una placa de plata sobre el, había un mundo diferente. Uno, como el de sus sueños...Cora Traz se levanto de la cama a las seis de la mañana, con el cansancio dibujado en su cara. Frutos, tras noches de insomnio.Comenzó su día tomandose una ducha bien larga para asegurarse de que se le limpie la fatiga de su cuerpo. Salió de la ducha y se paro delante del espejo en el cual estaba acostumbrada a ver el reflejo de una mujer hermosa. Pero lo que vio no era nada parecido a aquella mujer. Ojeras de color purpura oscuro y arrugas en la frente distorcionaban su belleza. Una impactante angustia le hacia temblar las manos. Trato de calmarse con un café con leche y un cigarillo. Trataba de explicarse su falta de sueño, que le causaba tanta pesadumbre. Estaba tan hundida en sus pensamientos que se le enfrió el café y el cigarillo se consumió solo. Se levanto de la mesa, se vistió rápido y se maquilló. Antes de partir en camino a la tienda de espejos en la que Cora trabaja, se contempló por última vez, esto le provocó una sensación de tristeza y nostalgia su expresión facial era deplorable. Se llevo unos lentes de sol para esconder su fealdad. Llego a su tienda prendió la luz, se desabrigo y comenzó a pulir cuidadosamente los espejos como lo hacia cada día. Al llegar a su espejo favorito, un ejemplar raro en forma y antigüedad, noto algo extraño pero no sabia que. Es ahí cuando se dio cuenta. Las arrugas profundas, las ojeras oscuras. ¡Desaparecieron! Se le mezclo euforia con una sensación de siniestro tan terrible. No podía ser, se decía dudando sus propios sentidos mientras se miraba fijamente en el espejo:“Estoy demente.“ Dijo. De pronto sus movimientos no parecían sincronizarse con los de su reflejo. Las manos finas de la Cora Traz dentro del espejo comenzaron a enroscarse alrededor de su cuello. Cora Traz quiso gritar pero su reflejo no la dejaba. Quiso huir pero no se movía, quería vivir pero no pudo.

miércoles, 10 de abril de 2013

Mi biografia del lector.

Mis tres cerditos 

Mi relación con los libros comenzó con simples relatos de cuando era chica que mi bisabuela me contaba. Eran historias para dormir que trataban de su vida en el campo.
Y con respecto a los libros como materiales, mis primeros libros fueron una pequeña coleccion de libros populares como "El libro de la selva" y "caperucita roja" entre otros, de mas esta decir que en un principio solo veia los dibujos, pero en cuanto aprendi a  leer eso fue lo que hice, leerlos. 
A medida que fui creciendo mi coleccion lo hizo con migo, durante los ultimos años de mi primaria (desde 4º grado) Los cuentos populates y fantasticos fueros cambiando por los de Luis Maria Pessetti, como los de "Natacha";pero el libro que mas me marco fue el de "Frin"que lei entre los 12 y 13 años. Que me lo regalo mi tia a raiz de una vez que yo le pregunte cual habia sido su libro preferido de la infancia.
Gracias a él mi interes por los libros y novelas fue aumentando progresivamente. Sin  embargo la verdad es que nunca me compre uno yo misma, todos los libros que tengo me fueron obsequiados en distintas etapas de mi vida, por distintas personas y razones.
Sinceramente no me gusta prestar libros, sobre todo por que para mi tienen mucho valor sentimental, aparte de que siempre temo que los maltraten, soy de cuidarlos mucho.
Una de mis abilidades, creo yo, es mi facilidad de leer en cualquier lugar, ya se un colectivo, auto, subte; ero a mi parecer el mejor lugar de todos es en la orilla de algun rio o aroyo la tranquilidad del agua al correr es más que satisfactoria para mi.
no soy una persona de leer rapido, en realidad leo muy lento pero disfruto de cada palabra, claro que cuando el libro es de mi gusto. Tampoco tengo un genero que me apacione, ni un escritor que predilecte, y no me preocupa el no tenerlo.
Me gusta mucho apacionarme con los libros, amo cuando las historias me atrapan y me cautivan y odio que me interrumpan cuando los leo.
Pero no todos los libros me gustan,de todos los que tengo, que son como 14, 2 o 3 nunca pude terminar de leerlos por mas de que me lo proponga como por ejemplo "Comer, resar, amar", es un libro que me parece muy pesado y repetitivo, pero claro son formas de pensar.
Espero que que este interes por los libros nunca se me valla y  que al contrario aumente mas con el correr de los años. 
Naara Yael Burgos Andreu.

viernes, 5 de abril de 2013

Mi camino lector. Morena Castrilli


Mi Camino Lector.
Morena castrilli
No sé si existe un claro principio de mi camino como lectora, quiero decir a todo mundo le llama la intención los libros cuando se es pequeño, los colores, las ilustraciones y las historias que nos cuentan, son el anzuelo perfecto para el interés de un niño (creería yo).
Aun así a los 5 años me negué completamente a la lectura y la escritura por el nacimiento de mi hermano, si, muchos celos. Claramente termine cediendo, pero durante toda mi primaria los únicos libros que leí por mi propia cuenta fueron los de la saga de “crepúsculo” y si bien es su momento me gustaban mucho ahora no me sentaría a leerlos.

Al fin y al cabo no me pude resistir al placer de la lectura, y menos teniendo a mis padres que me incitan constantemente a leer. Durante 2 años mi principal problema fue que no tenía tiempo para dedicarme a cualquier actividad que no tuviera que ver con el colegio, ya que este me ocupaba inclusive el tiempo de los fines de semana, aun así leía los libros que me daban en el colegio, y así fue como llegue a leer “El misterio del Cuarto amarillo” que es uno de mis libros favoritos. Simplemente me atrapo y no podía parar de leer, y esa es una sensación que le deseo a todo el mundo porque hasta que no te pasa no entendes la emoción e inclusive el tipo de adrenalina que se siente. Como “El misterio del cuarto amarillo” llegaron muchos más, “La muerte lenta de Luciana B.”, “Crónica de una muerte anunciada”, “El extraño caso de doctor Jekyll y mr. Hyde”, etc.
En las vacaciones, antes de cambiarme de colegio leí “Pequeñas mentirosas”, “En llamas” , “Sinsajo” Y “El buscador de finales”. El segundo lo leí por internet y ahora me lo quiero comprar porque detesto no tener el libro como objeto, quiero decir, que yo tengo la pequeña manía de pensar que voy a guardar los libros muchos años y luego prestarlos, regalarlos, etc. Porque me gusta la idea de que alguien encuentre pequeños rastros míos en el libro y se pregunte de donde salieron o por que llegaron ahí (mis libros están llenos de marcas de lápices, lagrimas, manchas de café, etc); En fin me voy a comprar el libro así lo puedo ojear cada vez que quiera.
Estas vacaciones me dedique a leer “Mujercitas”, que me fascina, aun no lo termino pero no me falta tanto, me tome mi tiempo para leerlo, creo que eso se debe a que cada capítulo es bastante individual, a mi entender.
Mi única y gran frustración como lectora es no haber leído “Harry Potter y las reliquias de la muerte”; Como planes futuros tengo el libro ya mencionado anteriormente y “Las ventajas de ser invisible”. 

Mi biografía de lector - Giuliana Castro



  No tengo mucha memoria, por lo tanto no recuerdo cuándo leí mi primer libro ni cuál fue…  Pero mi abuela vivía contándome cuentos de aventuras que me volvían loca. Nunca fui amante de la lectura, pero al pasar los años me fue interesando mucho, gracias a la escuela más que nada, que desde mi punto de vista la literatura en el ámbito escolar ayuda muchísimo para uno mismo y además es una obligación terminar cada libro y a mí me ayuda porque quizás al final el libro me termina gustando.
  No tengo un autor favorito porque no leo mucho, pero me encantan los libros que hablan de adolescentes con problemas, supongo que es porque tienen mi edad y puedo identificarme en varias cosas. Me frustra leer cosas que hablen de la antigüedad o de la historia de otros países, me parecen completamente aburridas.
  Cuando leo lo hago en mi cama, tapada, con la luz apagada y el velador de al lado prendido, me da total concentración, nunca podría leer en medios de transporte o en un lugar con mucho ruido, me da dolor de cabeza. No tengo una forma extraña de leer, leo desde la primer hoja hasta la última, sin saltearme páginas, pero siempre cuento cuántas hojas me faltan para terminar, soy muy impaciente. En muy pocas ocasiones hice trampa y leí el final antes de leer el principio, pero no me parece tan divertido, es como perderte toda la historia sin sentido.

Mi Biografía de Lector: Sol Fernández

    No recuerdo casi nada relacionado con los libros en mi infancia (tengo muy mala memoria). Los primeros libros que recuerdo haber leído son las colecciones que venían con la revista Genios, que mi mamá nos compraba a mis hermanos y a mí semanalmente. Allí se encuentran historias como El Hombre Invisible, La Isla Del Tesoro, Robin Hood, Drácula y Moby Dick. Pero la que más me llamó la atención fue una titulada Estudio En Escarlata, de Sir Arthur Conan Doyle, a partir de ese momento las historias de Sherlock Holmes y el Dr. Watson se convirtieron en mis favoritas, y Doyle, mi autor favorito, lo cual prevalece en la actualidad.
     Como estudié inglés durante toda mi infancia, puedo leer en ese idioma, lo cual me parece algo muy útil ya que las traducciones de algunos libros pueden cambiar totalmente el sentido de un punto clave en la historia. Pero encontrar libros en su idioma original no es algo fácil, por eso también leo a través de la computadora. Eso es genial, podés encontrar cualquier libro que desees tan solo haciendo dos clicks, pero ojo, el dolor de cabeza después de la lectura no te lo saca nadie. 
    Cuando cumplí los doce empecé a reemplazar los libros con discos. La música es una parte importantísima de mi vida, y leer me gusta, entonces busqué una forma de vincular ambos: poniéndole ''banda sonora'' a las historias que leo. Por eso, cuando quiero leer prefiero estar en mi dormitorio, donde puedo estar sola y tranquila, de lo contrario se me es muy fácil perder la concentración.
   Mi biblioteca está llena de libros acera de lo paranormal: historias de abducciones y ovnis cayendo del cielo, como Platillos Volantes Tras La Cortina de Hierro, de Ion Hobana. Algunos de esos libros en realidad cuentan investigaciones históricas y científicas, como por el ejemplo El Caso Roswell y Fraudes Paranormales. Mi biblioteca es muy extensa, tengo muchos libros pendientes. Más allá de las historias policiales y paranormales, algo que disfruto leer mucho desde chica son los cómics, especialmente los de Marvel. Historias como las de los X-Men, o simplemente Los Vengadores me encantan. Mis escritores favoritos de este género son Stan Lee y Martin Goodman.
  Siempre que leo me gusta tener un lápiz al lado para ir subrayando las palabras que me parecen interesantes y/o lugares que relaciono con diferentes cosas. Para mí no es un ''crimen'' subrayar un libro. Lo que más me molesta cuando leo un libro es cuando el diseño de las páginas no me deja leer con tranquilidad. Cuando tuve que leer 1984, un libro pesado, el diseño no ayudó en nada. A pesar de eso, me encantó.
  La lectura obligatoria no es una molestia para mí, una molestia es cuando nos dan un libro pesado y poco interesante. Pero eso es subjetivo, no hay un libro que les guste a todos por igual.



Biografía de lector Marco Saporiti


Mi primer recuerdo relacionado con la lectura es de cuando mi papá me leía “los cuentos de la selva” todas las noches, ningún libro me cambio realmente la vida porque no leí mucho, esto se debe que al estar la computadora no me intereso por los libros.
El primer libro que recuerdo haber leído es de cuando tenía 8  “una serie de catastróficas desdichas”, lo encontramos en la calle con una amiga de mi mamá, al terminar de leerlo lo volvi a dejar en la calle porque era uno de esos libros que se pasan de mano en mano.
No tengo biblioteca propia sino una de mi familia que no hay ningún libro copado. No tengo autor favorito porque nunca me interese realmente por la lectura.

Biografía de lectora Sofía Ricotta


Mi primer recuerdo con los libros es en mi primer jardín en el cual cada dia teniamos una hora especialmente para que nos leyeran un cuento antes de la siesta. A pesar de que suene tonto de chica siempre me gusto que me leyeran antes de dormir y mas cuando estaba un poco inquieta. 
Al crecer mis gustos cambiaron demasiado y leer no es algo que me apasiones pero nunca me voy a olvidar de mi primer libro realmente leido "la cabaña del tio tom" ni de mi escritora favorita de chica Maria Elena Walsh, una persona la cual hizo que duerma noches enteras.
Hoy en dia el leer no es algo que me apasiones, sino es algo que lo hago por el colegio lo cual aveces lo considero como un error ya que hay muchos libros que me atrapan y despues los termino leyendo una y otra vez.
Mi escritor favorito es Dan Brown, el escribio el "Codigo Da Vinci" mi actual libro favorito.
Mi mayor frustacion como lectora fue no haber podido terminar de leer 1984, y otra de mis frustaciones son las largas y pesadas descripciones de algunos libros. Mi lugar favorito para leer es la casa de mi papa ya que ahí nunca nadie me molesta. Y el peor lugar para leer es el living de mi casa, siempre hay gente molestando.
Sinceramente lo que mas me gusta leer son historias verdaderas, basadas en hechos reales.
Algo muy raro en mi es que me encanta escribir pero leer no es mi fuerte. Me encantaria que leer sea alguno de mis pasatiempos pero desde que soy un poco mas grande nunca logre que me encantara la lectura.


                Mi vida entre libros y librerías, Mayda Gómez


Buenos Aires es una ciudad de librerías. No es casual, claro; que al tener un padre librero, yo haya crecido entre pilas y pilas de libros. Nací entre obras completas de Borges, Cortazar, Dickens y otros tantos clásicos de la literatura nacional e internacional. Pero quizás porque lo primero que captaba mi atención eran las tapas de los libros, opté por empezar a leer los libros de terror y suspenso.


Para leer necesito encontrar un momento de tranquilidad con el libro elegido, me gusta prestar atención en esas cosas que me transmite el escritor y a veces, emocionarme y luego transmitir esa emoción al recomendar esa lectura a algún amigo y transformarla en un impulso de interés para él.



La lectura es muy personal pero recomendaría leer los clásicos que más me gustaron: El extraño caso de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, de Stevenson o Dracula de Bram Stoker.





Mi biografía de lectora - Bianca Capellupo


Mi primer contacto con los libros fue de muy chica, dos o tres años tenía, era muy curiosa y ojeaba todo lo que este a mi alcance. Recuerdo haber leído por primera vez hanser y gretel, no tenia un fanatismo por ningún autor y ahora sigue siendo igual.

Solía ir a librerías donde habían libros usados y nuevos, me encantaban elegir lo viejos me parecía mas real leer algo que no estuviera en un estado muy bueno, como que me hacia tener mas curiosidad de porque tantas personas lo habían leído y devuelto a ese lugar una y otra vez. Lo que solíamos a hacer con mis hermanas eran comprarnos libros e intercambiarlos entre nosotras.

Para leer un libro siempre busco lugares silenciosos y con poco movimiento, nunca podría leer en la cama tengo el sueño muy fácil.

Me gusta también, leer artículos de Internet, en mi biblioteca tengo bastantes libros algunos los leí y otros no los pude terminar, porque eran muy extensos y me aburrían.

Un libro que me movilizo , que leí en 1er año del colegio secundario fue “los ojos del perro siberiano”, me hizo reflexionar sobre como los problemas de los adultos influyen en los de un niño. Me gusta mucho el drama, la tragicomedia y el realismo.

Mi gran frustración fue nunca haber podido terminar la saga de harry potter. En el ultimo tiempo solo me dedique a los libros del colegio.

Los libros que dan en el colegio no son libros que atrapen al alumno y así provocan que sea una lectura obligatoria, lo que tendría que hacer la literatura seria tratar de hacernos al libro a través de literatura que nos interese y este mas relacionado con los hechos cotidianos que nos pasa.

Me gusta leer por la mañana y trato de seguir el orden cronológico del libro.

Mi biografía del lector: Lucía Saraceni

Desde chiquita me encanta leer. En mis primeros años leía cuentos que me enseñaban los tamaños y colores, o leía cuentos donde había palabras reemplazadas por dibujos. No recuerdo el primer libro que leí, pero sí recuerdo el primer libro que me compré el cual me marcó la pre-adolescencia. Se llama "La misión imposible".
 Para ser franca nunca tuve un autor favorito ya que siempre leía sobre diferentes escritores y géneros pero como preferencia tengo los cuentos o novelas policiales y/o suspenso.. ¡me encantan!
 Cuando comencé a crecer (esa edad en la que sos muy chica para algo, y muy grande para otras. esa edad en la que todo está cambiando y tu cabeza es una constante revolución) intenté leer la saga de "Harry Potter", pero como bien dije, intenté. fue un total fracaso y no pude pasar el primer libro a pesar de que era una de mis películas favoritas. En ese momento me di cuenta que no hay tal relación (en la mayoría de los casos que me surgieron) entre lo que ves y lo que leés, ya que con la última podés imaginar personajes, lugares, vestimentas. También me di cuenta que detestaba la ciencia ficción.. ¡una total desilusión!
 Mi lugar favorito para leer es mi habitación porque no hay ruido. Además me encanta acostarme en la cama con millones de frazadas.. (claro, si es invierno..). Odio leer en los viajes, ya sea en un colectivo, subte, en un micro, en un tren, etcétera, porque me distraigo con el ruido, y porque me mareo mucho y no puedo seguir.
 Mi biblioteca está repleta de contradicciones. No hay ni más de un autor, ni más de un género que de otro.
 Los libros de mi infancia fueron los de María Elena Walsh como por ejemplo "Los cuentos de gulubú", "El helado más grande" de Graciela Montes. De esta misma autora leí muchos más como por ejemplo "Tengo un monstruo en el bolsillo". También "La luna y Alicia" de Emma Damon, "El botón Oscar" de Eszter Nagy, y "Julieta y su caja de colores" de Carlos peliceer López. Ya, de más grande, en la primaria, empecé a leer sagas como "Caídos del mapa" (estos libros en especial me costaron bastante ya que muchos de los significados de las palabras eran nuevos para mí, pero mi mamá siempre me ayudó, explicó y enseñó.), y cuentos de Luis María Pecetti, en especial "Natacha". En ese momento también descubrí mi "amor" por el suspenso y los policiales, entonces gracias a mi hermano comencé a leer Agatha Christie y novelas como "Herlock Holmes" de Arthur Conan Doyle. Al entrar en la secundaria también sentí un rechazo hacia las novelas que me dieron para leer porque ninguna, hasta ahora, me gustó del todo.
 Siempre fui de leer. Además de leer en castellano, lo hice y hago mucho en inglés, y hasta tuve oportunidades en las que los cuentos debía escribirlos yo, pero solía tener más imaginación que ahora para ambos idiomas.
 Hace unos días empecé a leer "Rayuela" de Julio Cortázar, ya que me llamó mucho la atención las diferentes opiniones de las personas hacia este. Espero que me atrape y leerlo de todas sus formas posibles.

Mi biografía de lector: Lucas Esquivel

 La lectura nunca fue algo que me llamara la atención. Casi siempre he preferido hacer otras cosas para pasar el tiempo. Aun así nunca me mantuve totalmente ajeno a ella.
 Mis primeros contactos con la literatura fueron a través de los comics, cuando era un niño de unos diez u once años. Me encantaban las historietas de superhéroes, las aventuras de batman o spiderman.. ¡me fascinaban!.
 Los primeros libros con los que me topé, fueron en la secundaria. Juvenilia fue uno de los que me impusieron en mi primer año. Lo odié, intenté terminarlo pero fallé, no pude pasar del primer capítulo. Así me pasó con otros , Rosaura a la 10, por ejemplo. Afortunadamente cuando entré en mi segundo tercer año pude leer todos los libros y obras teatrales que me encomendaron, aún cuando algunas no fueron de mi agrado. Por suerte pude llegar a entretenerme con algunas, es el caso de "Los vecinos mueren en la novelas", "Ha llegado un inspector" y "El vizconde demediado", entre otros.
 Algo que me gustaría resaltar es el patio de mi casa. La tranquilidad en esa zona logra que la lectura sea mucho mas reconfortante para mí, y la ausencia de ruidos molestos generan que no me distraiga, y eso que soy una persona a la cual le cuesta concentrarse.
 Definitivamente me encantaría encontrar el placer que los lectores tienen al leer un libro, algo que yo desconozco, lamentablemente. A menos que me encarguen un libro en el colegio, nunca se me pasa por la cabeza empezar uno, sé que lo tengo que modificar pero hasta el día de la fecha me resulta imposible.

Mi biografía de Lector - Valentina Fernandez


No recuerdo cual fue mi primer libro, se que tenía muchos solo que no me puedo acordar de ninguno que me haya marcado. La mayoría de los libros que leí fueron “obligados” por el colegio, lo cual no quiere decir que no me hayan gustado. Algunos me atraparon mucho y otros me aburrieron. Me gusta mucho leer el problema es que soy vaga para buscar libros que me agraden, no me pongo a buscar que podría leer, sino más bien, me gusta que me los recomienden o, tal vez, en alguna conversación escucho que nombran un libro que me llama la atención y entonces si lo leo, pero me cuesta encontrar libros que me lamen la atención. Me gusta leer porque siento que me desconecta del mundo por un tiempo, cuando la cabeza no me da mas de pensar encuentro el alivio leyendo. Me gusta conocer nuevos personajes con los cuales me divierto, me enojo, me siento identificada y me gustaría que fueran reales.
Los libros que si recuerdo haber leído y que me gustaron mucho fueron: Los ojos del perro siberiano de Antonia Santa Ana, La chica de 2do B de Christian Grenier , Vèronique de Sofía Sarfati y Mi planta  de Naranja-Lima de José Mauro de Vasconcelos. Otro que leímos el año pasado en 3ro y me atrapo mucho fue El guardián entre el centeno de J.D. Salinger. También leí la saga de los libros de Harry Potter y el Diario de Ana Frank.
Mi manera de leer es lineal, no soy de saltear páginas o empezar por el final, algunas veces ciertas descripciones me parecen aburridas y las salteo. Me gusta leer en mi casa o en algún lugar al aire libre y no puedo leer con mucho ruido como con la televisión, radio o música. No tengo ni autor ni género favorito y tampoco un momento del día específico

Mi biografía de lector - Guido Danielli




         Soy un lector bastante pasivo. El primer recuerdo que se me viene con los libros es mi infancia, en la que fui un apasionado por la lectura. No porque leía mucho, sino porque me encantaba la manera en la que se narraban las historias, las cuales terminaban siendo sueños a la hora de dormir. El primer libro que recuerdo haber leído es uno llamado "el libro de las sombras". Fue un libro que me atrapó desde el primer capítulo, el cual contaba un poco lo que podría pasar en el transcurso del libro, te causaba intriga. 
Con respecto a los autores de mi infancia, la única que me atrapó en serio fue J.K Rowling con los libros de la saga Harry Potter. Fue la única saga de libros que leí. De chiquito fui claramente un lector de librería, porque iba muy seguido a Delfos y echaba un vistazo a los libros que me parecían interesantes. Hoy en día abandoné la lectura, solo leo por la escuela.
Soy de leer en mi cama, a la noche, con una pequeña luz que ilumina el libro. El resto de mi habitación a oscuras. Unos de los lugares donde NO puedo leer son el escritorio de mi casa, y en el colegio. Puede ser por dos motivos: o no estoy cómodo, o hay demasiado ruido. Yo no soy de subrayar los libros, porque me parece que los estoy dañando. Soy muy cuidadoso con los libros, intento que siempre estén en buenas condiciones.


         No tengo un libro que me haya "cambiado la vida". El que más me gustó fue sin dudas el 7° libro de Harry Potter, porque fue el que más me atrapó, el que no podía parar de leerlo. Por suerte siempre pude terminar los libros, aunque los sufra siempre los termino. Mi género literario favorito es el fantástico, pero tambien me apasionan los cuentos policiales.
Mi mayor hazaña como lector fue terminar el último libro de Harry Potter (800 páginas) en menos de dos semanas. Mi mayor frustación como lector fue tener que leer La Invención de Morel, un libro que me causaba sueño y aburrimiento.
Hoy en día leo solo por el colegio, dejé de leer por mi cuenta desde que me centré más en los deportes. El sentido que le encuentro a la literatura en la escuela es que apreciemos la buena narración, la manera en la que se narran los buenos libros. Pero para mi, el sentido que tendría que tener es encontrar libros que te atrapen desde los primeros párrafos, que contengan emoción y suspenso dentro de los textos, y que te hagan pensar las posibles situaciones que pueden ocurrir en el trancurso de este.
Mi manera de leer es siempre la misma: jamás leo la contratapa, e intento leer todo, de principio a fin. Igual, a veces me sucede que hay un texto demasiado largo para describir una cosa tan simple. En esos casos, salteo dicho párrafo. Aún asi, hay excepciones, en las que no entiendo que está ocurriendo, y vuelvo a leerlo para entender antes de seguir leyendo.

jueves, 4 de abril de 2013

Mi biografía de lector - Federico Echevarría.


Desde los 2 o 3 años ya interactuaba con libros. Los primeros libros que leí no los tengo muy claro, pero me encantaba leer los guiones de obras de teatro que iba a ver de chico, siempre los compraba y leía. Mi autora favorita cuando era chico, era María Inés Falconi. De ella leí la colección “Caídos del mapa” y algunas novelas.  Mi padre me leía bastante, fue quien me introdujo a los libros. De chico él me leyó una gran cantidad de cuentos de fútbol.  Además incluyó obras de Galeano, Fontanarrosa y otros autores latinoamericanos y clásicos como Robinson Crusoe, Robin Hood, La Ilíada, El príncipe y el mendigo.

No tengo un sitio preferido para leer. Puedo leer en mi casa, viajando en colectivo, subte, auto; el lugar no es un impedimento. Tampoco tengo autor favorito, ya que trato de conocer obras de varios autores, al igual que mi género literario preferido tampoco lo tengo.

Luego de haber leído Fahrenheit 451 y 1984 por mi cuenta, terminé de entender la importancia de los libros para la humanidad. Sin ellos no hay conocimiento, y sin conocimiento no podemos crecer. Además estos libros, que me marcaron muchísimo y me gustaron mucho más, me enseñaron a “remarla” por un libro, cuando estos se volvían densos. Más que nada me sucedió con 1984, en el cual se me hacía algo costoso avanzar en la lectura pero seguía con ganas porque creía que el mensaje de Orwell era único e incomparable, que valía la pena aburrirse por momentos.

La lectura obligatoria no es algo que me moleste. Si bien puede resultar pesado, creo que hay motivo por los cuales leemos algunos libros y dejamos de leer otros. Sin embargo, me parece que en ciertos casos se podría consensuar para no hacer de la lectura obligatoria algo denso para muchos.

Mi biblioteca no es grande pero tampoco me falta espacio ni libros. En ella se encuentran títulos como: Una vacante imprevista (J. K. Rowling), El guardián entre el centeno (J. D. Salinger), 1984 (George Orwell), El curioso caso de Benjamin Button (F. Scott Fitzgerald), Macbeth - Hamlet (W. Shakespeare), La metamorfosis (Franz Kafka), El diario de Ana Frank, El príncipe y el mendigo (Mark Twain), Robin Hood (leyenda inglesa), Robinson Crusoe (Daniel Defoe) y muchos más.

Mi mayor hazaña puede haber sido leer 1984 por mi cuenta o clásicos como Robin Hood y Robinson Crusoe antes de cumplir 10 años y mi grande decepción no haber podido atraparme con la saga de Harry Potter, la cual espero retomar algún día con ganas.

Nunca me faltó interés por la literatura pero espero poder hacerlo crecer y desarrollar, porque sé lo importante que es y la cantidad de herramientas que nos puede dar. Obviamente que además leo porque me gusta, y porque me da otra perspectiva de ver las cosas, diferente a la que nos ofrece cualquier otra forma de contar una historia y transmitir un mensaje.

Mi Biografía de lectora - Denise Peña


                                                                                                                                        

Mi Biografía

 De chiquita me gustaban mucho los libros, mi mamá siempre antes de dormir me leía y era algo que me encantaba.Ella me regalo muchos cuentos de los cuales no me cansaba de verlos una y otra vez,dos de ellos eran "Drigo - dragón" y "Mi gata Minina".Uno de los primeros libros que leí fue uno que se llamaba "El mundo de las palabras", con ese libro aprendí el abecedario.Con la ayuda de ese libro también, a los 4 años mi papá me enseño a leer.

 A partir de ahí inició mi etapa de lectora y mis primeros libros fueron cuentos clásicos como "Caperucita roja", "Blancanieves""La sirenita",etc. La verdad es que no me gustaba un autor en particular ya que me gustaban distintos tipos de libros de diferentes autores.

En la primaria leí libros de la editorial "Alfaguara" entre ellos uno que se llamaba "Socorro" de Elsa Bornerman el cual me gustó mucho y desde ahí comencé a investigar mas libros para leer de esa autora.La profesora tanto en su hora como en los recreos nos dejaba ir a la biblioteca a leer que era una buena manera de pasar el tiempo sin aburrirnos tanto.En 4to grado una profesora nos enseño a leer en inglés y leí algunos libros.

 A medida que fui creciendo le fui prestando mis libros a mi hermanito ya que también le gustaba mucho leer.
 Luego cuando me enteré que se podían bajar libros desde la compu empecé a leer libros en la computadora, y como desde chica me gustó la idea de ser doctora o psicologa, me empecé a interesar  por cosas relacionadas con la medicina y la psicología.
 Después a medida que fui creciendo fui perdiendo el gusto por la lectura ya que en la secundaria siempre me dieron libros que me parecieron la mayoría poco interesantes,y otros sinceramente no los logre entender por lo que nunca pude saber si en verdad me gustaron o no,y como no tenía mucho tiempo por actividades y estudio deje de leer,salvo libros que me mandaban en el cole y por obligación.



Mi biografía de lector - Pedro Cavalchini

Desde pequeño ya me gustaba leer, aunque como todo niño prefería que el libro tuviese dibujos. Me gustaba leer muchas historietas. Creo que el primer libro que leí completamente fue "Toda Mafalda". Es un libro largo, ya que contiene todos los libros de Mafalda del autor Quino. No entendía la mayoría de esas viñetas, pero me gustaba, y lo leía, viendo los dibujos, y leyendo lo poco que comprendía. Otros libros que leía de chico eran "Frin" y "Natacha", de Luis María Pescetti. Es un autor que me encanta, y los libros que hace, por más que sean para chicos, los recomiendo mucho.
Actualmente no leo demasiado. Me encanta hacerlo, y lo hago de vez en cuando, pero el hecho de tener un televisor y una computadora en mi casa me distrae mucho.
Lo que estoy leyendo ahora es "Harry Potter", y también empecé "El hobbit". Los libros de ese tipo, aventura o fantasía, me atraen basatante.
Leo también lo que me dan en el colegio. Por más que algunos no me gustaron, otros sí lo hicieron, como por ejemplo "Un guardián entre el centeno" y "1984". Este último me pareció muy denso, y pensé en saltearme varias páginas, pero por suerte no lo hice. Me gustó mucho, y a medida que lo iba letendo me iba gustando cada vez más. Un dato aparte es que este libro lo relacioné inconcientemente con el álbum y la película 'The Wall' de Pink Floyd, y ya que me metí con la música digo que al igual que con los libros, escucho música de vez en cuando, y siento que los dos en cierta parte influyen conocimiento y placer.
Me gusta leer sentado en el puff de mi habitación, tranquilo y relajado. No me agrada leer acostado, me resulta muy incómodo. Puedo tranquilamente leer en movimiento, por ejemplo en un auto o en un colectivo, que a diferencia de otros, no me molesta en absoluto.
Tengo varios libros guardados en mi biblioteca, los cuales planeo leer en algún futuro, ya que leer es una actividad que, como dije anteriormente, me fascina.