Desde los 2 o 3 años ya interactuaba con libros. Los
primeros libros que leí no los tengo muy claro, pero me encantaba leer los
guiones de obras de teatro que iba a ver de chico, siempre los compraba y leía.
Mi autora favorita cuando era chico, era María Inés Falconi. De ella leí la
colección “Caídos del mapa” y algunas novelas. Mi padre me leía bastante, fue quien me
introdujo a los libros. De chico él me leyó una gran cantidad de cuentos de
fútbol. Además incluyó obras de Galeano,
Fontanarrosa y otros autores latinoamericanos y clásicos como Robinson Crusoe,
Robin Hood, La Ilíada, El príncipe y el mendigo.
No tengo un sitio preferido para leer. Puedo leer en mi
casa, viajando en colectivo, subte, auto; el lugar no es un impedimento. Tampoco
tengo autor favorito, ya que trato de conocer obras de varios autores, al igual
que mi género literario preferido tampoco lo tengo.
Luego de haber leído Fahrenheit 451 y 1984 por mi cuenta,
terminé de entender la importancia de los libros para la humanidad. Sin ellos
no hay conocimiento, y sin conocimiento no podemos crecer. Además estos libros,
que me marcaron muchísimo y me gustaron mucho más, me enseñaron a “remarla” por
un libro, cuando estos se volvían densos. Más que nada me sucedió con 1984, en
el cual se me hacía algo costoso avanzar en la lectura pero seguía con ganas
porque creía que el mensaje de Orwell era único e incomparable, que valía la
pena aburrirse por momentos.
La lectura obligatoria no es algo que me moleste. Si bien
puede resultar pesado, creo que hay motivo por los cuales leemos algunos libros
y dejamos de leer otros. Sin embargo, me parece que en ciertos casos se podría
consensuar para no hacer de la lectura obligatoria algo denso para muchos.
Mi biblioteca no es grande pero tampoco me falta espacio ni
libros. En ella se encuentran títulos como: Una vacante imprevista (J. K.
Rowling), El guardián entre el centeno (J. D. Salinger), 1984 (George Orwell),
El curioso caso de Benjamin Button (F. Scott Fitzgerald), Macbeth - Hamlet (W.
Shakespeare), La metamorfosis (Franz Kafka), El diario de Ana Frank, El príncipe
y el mendigo (Mark Twain), Robin Hood (leyenda inglesa), Robinson Crusoe
(Daniel Defoe) y muchos más.
Mi mayor hazaña puede haber sido leer 1984 por mi cuenta o
clásicos como Robin Hood y Robinson Crusoe antes de cumplir 10 años y mi grande
decepción no haber podido atraparme con la saga de Harry Potter, la cual espero
retomar algún día con ganas.
Nunca me faltó interés por la literatura pero espero poder
hacerlo crecer y desarrollar, porque sé lo importante que es y la cantidad de
herramientas que nos puede dar. Obviamente que además leo porque me gusta, y porque me da otra perspectiva de ver las cosas, diferente a la que nos ofrece cualquier otra forma de contar una historia y transmitir un mensaje.
Se dan muchas razones para leer, pero creo que hay una que es indiscutible: la vida, leyendo, es mucho más interesante porque se nos abren miles de posibilidades de vincularnos al mundo y a nosotros mismos. Tal como decís,lo importante es que los libros cuenten algo que no hayamos pensado antes y que los lectores sepamos verlo. Así, cuando nos comprometemos con la lectura, salimos transformados de ella.
ResponderBorrarOjalá el trabajo que compartiremos desde ahora te lleve a lecturas que sean experiencias significativas para tu vida.
Gracias por compartir.