viernes, 12 de julio de 2013

Los Ojos de Ana; por Valentina y Sol Fernández

Martín llamó a Ana anoche. Por fin se va a comprometer con Celia. Mañana a las 9 la esperan para cenar y todavía sigue pensando que ponerse, y si supiera, no estaría completamente segura de cómo le quedaría. Al final se decidió por un vestido negro clásico y unos aros bordó muy bonitos. Era la hora acordada y Martín, su hermano, abrió la puerta con una enorme sonrisa y la abrazó. Detrás de él se asomó Celia tan curiosa como siempre y mientras saludaba rápidamente y desaparecía en la cocina. El departamento estaba muy bien decorado, sentados alrededor de la mesa ya había algunos amigos conversando y comiendo. La noche pasó rápidamente y fue muy agradable, pero luego de un tiempo, Ana se cansó del ruido provocado por las voces de los invitados y decidió ir a dar un paseo por el departamento. Mientras recorría los pasillos, mirando fotos de ella con su hermano de pequeños y con otros miembros de la familia, lo inevitable sucedió, se vio enfrentada a uno de los espejos que su hermano olvidó esconder. Desde que tenía memoria, siempre odió verse en los espejos, dado a que ella estaba segura de que la imagen que se reflejaba no era ella. No se podía reconocer. Siempre pensó que era alguien más, esa persona con mirada fría e inquietante la desafiaba cada vez que sus ojos se encontraban. Del susto salió corriendo y se encerró en un cuarto, en el cual lo único que hizo fue pensar en que tenia que enfrentar lo que acababa de ver. Algo la impulsaba a buscar a esa persona, en algún lado tenia que estar, la tenía que enfrentar, no quería creer que era real. Una vez más pasó frente al espejo, sólo para corroborar que no lo había imaginado, si tal vez era una ilusión. Pero en cuanto se paró frente a éste, se asombró todavía más al descubrir que nadie estaba ahí. No había reflejo. La chica de ojos fríos y desafiantes no estaba más, como si nunca hubiera existido. Ana no sabía porqué pero algo la hizo ir al comedor y preguntar si algún invitado había visto a esta chica , si alguien la conocía. Todos respondieron que no, y la miraron como a una loca. Su hermano hizo bromas al respecto, pero estaba preocupado, y no se hablo más del tema. Cuando la noche llegaba a su fin y los invitados se estaban retirando, Ana se sintió cada vez peor. Quiso subir a ver el espejo pero su hermano se lo impidió. Entonces, el ultimo invitado pasó al lado de ella y al oído le susurró que el sí la había visto, y que salió por la puerta sin que nadie lo notara.

1 comentario:

  1. No logran construir con fuerza y nitidez el tema y el clima de un cuento fantástico. El terror de la protagonista frente a los espejos y la otra que ve parecen producto de su mente. la confirmación que le da el invitado resulta más un "seguirle la corriente" como si estuviera loca. Una lástima porque tienen entre manos a Ana, personaje bien logrado y atractiva perspectiva que se insinúa con él, pero se les escapa de las manos.
    Confunde mucho el uso de los tiempos verbales. Rever puntuación y construcción de párrafos.
    Nota: 6

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