La descubría
silenciosamente,
sin dolor,
doliéndole cada veintuno de su alma.
Y la abandonaba
a su suerte,
porque era amor,
era amor, miedo y equilibrio.
También era palabras,
era fin y comienzo,
era el cielo y la montaña,
la muerte y el último aliento.
Era sexo, nacimiento y sueño.
El primer y último lecho
del placer desesperado de no existir.
Era poesía,
era él,
era ella.
Era todo.
By lord Nuri
ResponderBorrarGenial, Nuri!!! gracias por, finalmente, compartir tus palabras!
ResponderBorrarTatiana
Nuri muy bueno tu poema! Espero que todos suban el suyo! Saludos!!
ResponderBorrarAlec.