miércoles, 7 de agosto de 2013

Posterior al último capítulo, Guido Danielli

  La carta que escribió Helene en japonés dejó atónito a Hervé. No entendía nada de lo que acababa de pasar, trataba de ocultar la palidez en su cara, aunque fuere imposible. Se quedó parado en el lugar, sin saber que hacer. Pensando. No quería volver a Japón, lo había decidido. Tampoco quería tener recuerdos de aquella muchacha en su cabeza. Quería olvidar todo en el pasado, dejarlo atrás. La mejor opción que creía fue ahogar sus penas en el lago, y junto a ellas su cuerpo y su mente. Al día siguiente, para asombro de todos, se hayó el cuerpo de Hervé durmiendo al lado de la tumba de Helene, con un puñado de huevos de seda en mano. Pero aunque tratacen, no hubo manera de despertarlo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario