Matrimonio
Enseguida, la sangre corrió por mis manos. Temblaba aún el crimen en el aire, el último suspiro entre sus labios. Enterré el cadáver, y preparé café.
Nacimiento
Hacía días que permanecía acostado, y en mi mirada, solo esa luz. Entonces, de repente la oscuridad me envolvió, la había atravesado. No llegué a distinguir lo que mis ojos veían. El llanto de mis padres, la emoción era lo único que se oía.
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